Gabon!!
Supongo que por la cercanía de mi vuelta o
porque simplemente tenía que ser así, hoy ha sido un día verdaderamente emotivo
tanto positivamente como negativamente.
Al ir a desayunar después de comprar mi media
barra de pan y unas paquetes de galletas, me he encontrado con los niños de la
calle de aquí. Son niños que según me han dicho viven con gente que no son su
familia y que salen todos los días con un bote (que lo utilizan para meter el
jabón cuando se van a duchar) para pedir comida o dinero. Van de casa en casa y
la gente les dona lo que tengan en ese momento. Pues nada, hoy les he visto y
les he preguntado qué tenían hoy para comer y cuando me han abierto el bote no
tenían casi nada…les he dado un paquete de galletas y con la sonrisa que he recibido…ya
me puesto contenta.
No obstante, después de desayunar ha venido el
pescatero (un hombre en bici con una caja y pescado dentro) y la madre ha ido a
ver el pescado. En ese momento ha hablado y los niños me han dicho que comprará
el pescado. Yo les he dicho que me gusta más la carne (comer arroz quitando
espinas de pescado no es muy agradable) y en ese momento la hija pequeña me ha
venido y me ha dicho “Dame 500 francos” y al preguntar porqué me dice que lo ha
dicho la madre.
Como comenté en el post de pedir, el tema es
bastante cansino, y más ahora cuando hace unos 10 días (cuando el subprefecto
estaba en Bamako y cansada de tanta petición y de escuchar “no tenemos dinero”)
les dije que el dinero que me tocaba dar a su padre se lo daba a ellas. En ese
momento se dieron cuenta que yo pagaba mi estancia y por unos días pareció que
se arrepintieron de su actitud (me llegaron a pedir dinero hasta para comprar
jabón para limpiar mi ropa). De hecho, la madre se enfadó diciendo que el padre
no le había dado dinero para comprar nada para mí. Hoy, de nuevo ante la misma
situación, me he hecho la sueca y he entrado en casa recogiendo las cosas del
desayuno. Luego me han dicho que fuera a ver lo que habían comprado y al
decirles que no quería comprarlo la madre me ha dicho que entonces hoy no como
el pescado…lo mejor de todo es que cuando la madre hablá en bambara y como yo
no le entiendo, les pongo en un gran aprieto a los pobres niños que me tienen
que traducir lo que dice la madre.
Justo después de eso ibamos los dos chicos y yo
hacía mi habitación y les hemos visto a Marian y su hermana yendo a por agua
potable con los bidones de agua en la mano. En ese momento, he tenido que
convencer o chantajear a los dos chicos para ayudar a las dos chicas con el
agua. Cómo el otro día utilizaron el carro de nuestra familia para llevar los
bidones y Marian me dijo que ellos no tenían le he dicho que le acompañaba a
coger nuestro carro. En ese momento me ha dicho que no, que la madre no le iba
a dejar el carro. Yo le he dicho que porqué no y me contestado “Ella es mala”.
Hemos venido aquí y ella ha pedido el carro. La
madre no sé que le ha contestado pero las formas indicaban que nada agradable y
entonces yo he dicho “Pas push-push?-no hay carro?” y la hija mayor ha dicho
“Si”. Hemos cogido el “puñetero” carro y la madre se ha quedado murmurando preguntando
si yo también iba a por agua. Cuando hemos ido a cargar el carro con los
bidones les he preguntado a los chicos de la casa qué pasa con la ama y si se ha enfadado porque no he comprado el pescado, y al
final, ante mi malestar, les he terminado diciendo que le pago lo suficiente a su padre
todos los días para estar también comprándoles todo lo que me piden.
| El carro con los bidones, tienen que correr para coger impulso y subir la cuesta. |
Después de utilizar el carro para llevar los
bidones a casa de Marian y que su amable abuela me haya dado una granada por
haber ayudado a transportar los bidones de agua, hemos venido de nuevo aquí a
devolver el carro. Yo venía con la granada y le estaba diciendo a Marian (que no
sé cómo nos comunicamos porque las dos hablamos un francés bastante
rudimentario) que iba a compartir la granada para que viera la madre que a
cambio del carro me habían dado algo.
| El otro día al devolver el carro. |
Cuando hemos llegado le ha echau un rapapolvos a Marian diciendo que había venido conmigo porque sabía que si yo decía algo iba a
conseguir el carro. Marian, sin contestar, se ha marchado y la madre ha seguido
hablándome a mí, bastante enfadada. Mientras tanto, los niños/as limpiando la
ropa… sin saber qué traducirme. Cuando me han dicho esto y más cosas ya les he
dicho que haber qué problema hay con dejar el carro…que no entendía nada, que
ellos ya me pedían a mí cosas…ha llegado a decir que yo estaba en su casa y que
es la primera vez que vengo a Africa y que tengo que mirar detrás mía…bueno,
que no me fie de nadie. Les he contestado que Marian y Seydou están aquí todos
los días, que no entiendo que problema hay.
Entonces, desgraciadamente, he confirmado mis
sospechas. Esas sospechas que se crearon al verla hablar de mí (diciendo que yo
no me cansaba mucho), cuando el veterinario (un hombre divertidísimo que cada
vez que viene dice que voy a ser su mujer y nos reimos mucho con eso) me dijo
que estaba celosa de que yo pudiera ser la cuarta mujer del subprefecto, de las
maneras de hablarme en un momento en el que me pidió que moviera mi silla…y
sobre todo porque creo que lo que ella quería de mí era que estuviera todo el
día en la cocina como ella (y no jugando y riéndome con los niños, sacando
fotos, etc.)
Después de dar a entender mi punto de vista y
decir que no me había gustado nada lo ocurrido he ido al ayuntamiento a visitar
al vicealcalde que me acompañó en moto el sábado (que nos llovió mucho) a ver
dos colegios. Le he pedido que me escribiera el nombre de los pueblos y su
contacto para la ONG y le he dado un poco de dinero para pagar la gasolina y
agradecer que me llevara. Si de por sí es un hombre muy sonriente, con una gran
sonrisa me ha dicho que eso era “Un gran trozo”. Le he contestado “Para lo que
necesites, para comprarle un regalo a tu mujer (la conocí el sábado), para tus
hijos…”. No sé, a estas alturas, creo que sé distinguir la gente que se acerca
a mí pensando “A ver que me da…” o la gente que simplemente es amable porque es
su naturaleza humana.
| El vicealcalde |
Y es que a veces la vida es así; a mí me están pidiendo día y noche y se supone que yo tengo que compartir y luego aquí, resulta que somos egoístas para dejar un "puñetero" carro?? y me da igual si existe algún problema entre las familias y que ese sea el motivo...Creo que no hay motivo para hacer eso a estos pobres niños/as que no hacen más que trabajar...y además a quién y a Marian (la niña de mis ojos). Antes de ir al ayuntamiento he ido a su casa y le he dicho que no se preocupara y que quería que siguiera viniendo a nuestra casa...o por lo menos a mí habitación...
El día ha sido intenso y han pasado más cosas
que seguiré contando…
Muxu haundi bat,
Edurne
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